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LIDERAZGO

Es un patrón de conducta cuyo propósito es la organización y dirección de los esfuerzos de un grupo hacia el logro de fines deseados. Cuando estos fines son políticos, se trata de liderazgo político. También puede decirse que es la habilidad para ejercer influencia sobre algún grupo basada en alguna forma de poder o autoridad para conducir las acciones hacia la realización de un objetivo común. Para que un grupo de personas acepte a alguien como líder se requiere que perciban su influencia como legítima debido a su eficacia, al puesto o la ocupación que desempeña, o al rol formal que tiene asignado.

Según Petraca, "los líderes son personas que dentro de un grupo detentan una posición de poder que influye en forma determinante en las decisiones de carácter estratégico, poder que ejerce activamente y que encuentra una legitimación en su correspondencia con las expectativas del grupo."

El liderazgo es una conducta situacional en la medida que depende del contexto específico en que se ejerce, de los seguidores, de los objetivos y de los métodos usados para lograr esos objetivos.
Los líderes son "seleccionados" de algún modo por sus partidarios de acuerdo a las necesidades del grupo; si hay crisis escogen a aquellos que intuyen los problemas rápidamente y actúan en consecuencia; si hay calma prefieren a quienes pueden conservar la cohesión y la marcha normal del grupo.

Las primeras reflexiones acerca del liderazgo, se encuentran en "El Príncipe" de Maquiavelo, quien también adelante la idea de la importancia del contexto en el papel que desempeña un líder cuando señala que "la fortuna es árbitro de la mitad de nuestras acciones, pero también nos deja gobernar la otra mitad, poco más o menos, a nosotros." Hoy existe amplio acuerdo acerca de la relevancia del contexto en que se ejerce el liderazgo, importancia superior a las dotes personales del líder; así como del carácter no unilateral, sino interactivo de las relaciones entre un líder y sus seguidores.

Desde esta perspectiva, se han definido los principales factores que determinan la capacidad para el liderazgo que se citan a continuación:

a). La personalidad del líder. Este es uno de los factores que determinan el estilo de liderazgo. Algunos líderes son persuasivos, impositivos o conciliatorios, pero su eficiencia no depende tanto de su estilo, como de su habilidad para elegir y adaptarse a la naturaleza de las tareas, los recursos disponibles y los atributos de los seguidores.

b). Las características de sus seguidores. Aquí intervienen las necesidades y actitudes, además de la forma de ser de los seguidores, sus intereses, expectativas y valores. No debe soslayarse el papel activo de los seguidores que hace que en cierta forma "todos los que guían son también guiados". En este sentido, Conway clasifica los tipos de liderazgo en tres clases:

i) Líderes que arrastran a la muchedumbre, capaces de concebir una gran idea y crear un grupo suficientemente grande para realizarla y hacer que la lleven a cabo.
ii) Líderes intérpretes de la muchedumbre, hábiles para expresar los sentimientos o ideas que el grupo tiene en forma vaga.
iii) Líderes representantes de la muchedumbre, se limitan a manifestar la opinión establecida por el grupo.

Asimismo, Conway señala que hay seguidores fieles, comprometidos por razones de carácter moral a cambio de que el líder se comprometa también a servir a la causa, y mercenarios que lo hacen por el interés personal de obtener recursos; en ambos casos, se genera una especie de transacción entre el líder y sus seguidores.

c). Las metas a lograr. Para obtenerlas el líder debe poder guiar al grupo hacia ellas, de modo que la naturaleza de las metas puede determinar quienes asumen papeles de liderazgo. La guerra o la paz, el cambio o la continuidad, el desarrollo económico o la justicia social, son objetivos que requieren diferentes liderazgos.

d). La situación. Las personas que son líderes en una situación no necesariamente pueden serlo en otras. En algunas ocasiones una situación de crisis favorece el surgimiento de un líder que, en otras circunstancias no lo sería, como por ejemplo Hitler, Stalin, Roosevelt, Churchil o De Gaullle.

En suma, para comprender el liderazgo hay que considerarlo como una cuestión de grado, como distribuido entre diferentes personas, en diferentes momentos y matices a lo largo de la vida de un grupo. El liderazgo desempeña una función social cuyo principal objetivo es ayudar al grupo a conseguir sus metas comunes. Si bien los líderes deben poseer ciertos conocimientos y cualidades personales adecuados para desempeñar bien su cometido, éstos variarán en función de los seguidores, sus metas y la situación.

El concepto de liderazgo se aplica en una amplia gama de actividades, tanto a grupos pequeños como al gobierno de naciones enteras; también puede referirse al proceso de influir en la definición de normas o de la opinión, o bien a la manera en que se dan las órdenes en una línea de mando.

En el terreno político, la palabra liderazgo, se refiere a quienes mantienen posiciones formales de poder en una legislatura, el que encabeza, guía o motiva un gobierno, un partido, un movimiento o una operación política. Vega Carballo define al liderazgo político como "la particular relación que se establece, dentro de una coyuntura concreta y dinámica, entre una personalidad y una situación de grupo, en la cual el objetivo central es la conquista y el control del Estado o de los instrumentos para influirlo por parte de ese grupo."

El término se deriva del inglés "leader", ya aceptado por la Academia de la Lengua como líder y que equivale a caudillo, pero sin sus connotaciones negativas. El liderazgo es la condición de líder o el ejercicio de sus funciones.

1. Cualidades y habilidades de los líderes

Las primeras teorías del liderazgo se enfocaban en los rasgos específicos, natos o adquiridos, que debían tener los líderes. A pesar de que hoy se reconoce el carácter situacional del liderazgo, tradicionalmente, se ha mantenido el interés por identificar las cualidades y habilidades que se necesitan para ser un líder eficaz. Desde Platón que en "La República" expresa la idea de un liderazgo forjado principalmente mediante la educación, Aristóteles que en "La Política" concibe al liderazgo como un conjunto de dotes naturales; y Michels que en "Los Partidos Políticos" señala el talento oratorio, la fuerza de voluntad, la solidez ideológica, la confianza en sí mismo, la bondad de ánimo y desinterés, etc. entre las principales dotes de un líder, ha existido una búsqueda constante por encontrar las cualidades que deben tener los líderes.

Algunos estudios de psicología, han tratado de encontrar relaciones entre la capacidad de liderazgo y la inteligencia, la capacidad de ajuste, la extraversión-introversión, la ascendencia, el conservadurismo, la sensibilidad interpersonal, etc., sin encontrar hallazgos que sustenten conclusiones significativas y definitivas. Es decir, hay pocas pruebas de que existan rasgos de carácter universal que definan las cualidades esenciales y distintivas del liderazgo.

Parece ser que las dotes y habilidades personales son parte de los recursos que en una situación determinada se ponen en juego para adquirir y conservar el liderazgo. Además, cuando se identifican dotes de los líderes, no se distingue entre las cualidades reales de un líder y las que más bien forman parte de su imagen. Por eso es posible formular listas interminables de cualidades que en sí mismas son deseables en cualquier persona que se dedique o pretenda dedicarse a la política, pero que no pueden considerarse exclusivas del liderazgo. "Lo cierto es que científicamente no haya podido demostrarse que exista un conjunto fijo de cualidades o atributos del liderazgo que puedan adquirirse e incluso comprarse y que, aplicadas con la ayuda de algún recetario, nos generen y regeneren líderes por doquier independientemente de las situaciones de grupo y de los contextos históricos y sociales específicos a los que dichas situaciones siempre están referidas de alguna manera" (Vega Carballo).

2. Algunos tipos de liderazgo.

Weber distinguió tres tipos ideales de liderazgo respecto a su fuente de legitimación: carismático, que es producto de las cualidades extraordinarias que los seguidores atribuyen una persona y que provoca que la gente lo obedezca. Tradicional, que está basado en la posición que da un estatus especial para dirigir, como en el caso de las dinastías o monarquías y, legal-racional cuya legitimidad se funda en las normas, reglas y procedimientos racionales imperantes en el grupo u organización. El liderazgo legal-racional, según Weber, daba origen a la organización burocrática a la cual consideró técnicamente superior por su especialización, exactitud y previsibilidad, única capaz de desempeñar actividades en gran escala.

Gerth y Mills propusieron tres tipos de liderazgo: el rutinario que no crea su papel ni el contexto; el innovador que si lo hace, y el precursor que crea su papel pero no logra desempeñarlo.

En el "Diccionario de Política y Administración Pública", José R. Castelazo define cuatro categorías de liderazgo:

a) Iniciador, que se caracteriza por promover una acción de cambio, fija objetivos y metas y diseña una estrategia, plantea y programa las tareas y es capaz de convertir todo esto en realidad.
b) Conservador, mantiene una situación , se pronuncia por la estabilidad y el statu quo.
c) Protector, aparece en tiempos de crisis y su papel es ayudar al grupo frente a las adversidades.
d) Realizador, es capaz de realizar cambios sin alterar el sistema, podría decirse que es el reformista.

Asimismo, señala que para ejercer el liderazgo se requiere reunir ciertas capacidades :

a) De representación, significa que debe tener cualidades en común con el grupo para lograr el consenso de ser el representante.
b) De conciliación, para evitar el conflicto y poder establecer compromisos que disminuya el antagonismo entre los distintos miembros del grupo y desarrollar su espíritu de equipo.
c) De previsión, significa tener visión, prever las situaciones para anticiparse a ellas y darles una respuesta adecuada a las necesidades del grupo, ésta consolida y fortalece su liderazgo.
d) De realización, se refiere a la posibilidad de lograr los objetivos y las metas del grupo por medio de las acciones necesarias y las tareas previstas, sin esa factibilidad se pierde la credibilidad.

En general, los tipos de liderazgo que han identificado los diversos autores, no se dan en forma pura en la realidad y pueden transformarse de acuerdo con la situación.

3. El liderazgo institucional

La personalización de la política que ha convertido a los ejecutivos (presidentes, primeros ministros, jefes de gobierno) en el centro de los sistemas políticos contemporáneos, ha incrementado también la importancia del liderazgo político como un medio de garantizar una dirección y una integración de la sociedad por encima de las fuerzas en conflicto que genera el pluralismo actual.

Sin embargo, con la aparición de la radio y la televisión, las relaciones del líder político con sus seguidores han cambiado: hoy, quien lo sigue ya no es la multitud unida por el magnetismo de la emoción, ahora es un radioescucha o un telespectador frío que descansa en su hogar y cuyas condiciones le permiten mayor posibilidad de reflexión y de crítica. Esto demanda nuevas técnicas de comunicación: claridad y rapidez en la exposición de una idea, precisión en el lenguaje, capacidad de síntesis, amplio conocimiento del tema, cuidado en su presentación física, simpatía personal y sentido del humor. Aunque la oratoria siga siendo la mejor arma para manejar los distintos tipos de retórica: emotiva y entusiasta para la comunicación con las masas, rebuscada en la expresión parlamentaria y coloquial por la radio y la televisión.

Por otra parte, los estudios de liderazgo enfrentan problemas cuando tratan de extrapolar los conocimientos adquiridos acerca del liderazgo en un grupo más o menos pequeño, hacia los campos mucho más amplios de la política.

Por ejemplo, el análisis del liderazgo ejercido por los funcionarios superiores o por el poder ejecutivo nacional plantea ciertas diferencias problemáticas respecto al liderazgo en los grupos:

a) Es un liderazgo ejercido a distancia.
b) Constituye el desempeño de múltiples papeles.
c) Es colectivo.
d) Funciona en un marco institucional

Dadas estas circunstancias, el líder no tiene la posibilidad de influir directamente en los seguidores ni éstos tienen la posibilidad de comunicarse en forma directa con él; sus relaciones se dan a través de los medios masivos, de grupos organizados u otros individuos que desempeñan diversos papeles a diferentes niveles. Una de las tareas más importantes del líder es la de mantener el equilibrio entre estos diferentes papeles.

El liderazgo ejecutivo se convierte así, en el producto colectivo de una actividad organizativa y es genéricamente distinto de las relaciones que surgen en los grupos más pequeños.

En este contexto, el líder político se ha convertido en un ente simbólico cuyos múltiples papeles son desempeñados por varias personas (asesores, expertos, secretarios, ayudantes) que actúan en su nombre, de modo que ejerce su liderazgo a través de ellas. Además, al estar institucionalizado el cargo (al grado de que funciona aun en ausencia de su titular), el liderazgo ejecutivo adquiere cierto grado de insensibilidad y rutina, pero que le proporciona estabilidad y continuidad.

Este tipo de liderazgo ejercido por los jefes ejecutivos está legitimado por su identificación con los valores fundamentales de la sociedad (libertades individuales, justicia, estado de derecho, etc.), por la forma en que se selecciona (elecciones libres y periódicas), por su función simbólica y efectiva (dar acceso y gobernar para todos, al menos en apariencia) y por su función de tomar decisiones, cuyo resultado debe manifestarse en efectividad para mantener la unidad suficiente de las fuerzas políticas para que el sistema siga funcionando y en efectividad para que se solucionen por lo menos los problemas más críticos.

4. Liderazgo y candidatos

Aun cuando sea conocido que el liderazgo es un fenómeno situacional, el electorado espera que los candidatos exhiban cualidades que le hagan suponer que posee cierta capacidad de liderazgo, como la firmeza de carácter, la determinación, la claridad de lo que quiere para el país, etc.

Con la personalización de la política, en los candidatos a puestos ejecutivos (presidente, gobernador, etc.) la capacidad de liderazgo es sine qua non. En lo que respecta a los cargos legislativos (diputados, senadores, etc), los candidatos uninominales deben mostrar ellos mismos que poseen esa cualidad de liderazgo; en tratándose de los plurinominales que figuran en una lista, conforme a la cual el elector vota más por un partido que por un candidato específico, la demanda de personalización y de capacidad de liderazgo se traslada a los líderes partidistas. En todos los casos, las campañas se esfuerzan por crear y mantener la ilusión del talento único de sus candidatos, que ningún otro ser podría igualar, para solucionar los problemas y conducir a su pueblo en un mundo que presenta enormes riesgos y desafíos. Sin embargo, no se debe olvidar que, como escribió Maquiavelo: "Es más fácil aprender a obedecer que a mandar".