Se refiere a la persona, grupo o ideología que promueve cambios graduales de la realidad y que evita actos drásticos. Se deriva del latín "moderatio" de "moderari", igual a moderar, templar. En un escenario político la posición moderada puede ser adoptada por un individuo, un partido o un gobierno y se manifiesta por una preferencia por la conciliación y no por la confrontación, por la paz frente a la violencia, por la reforma y no por la revolución, por la continuidad en vez de la ruptura, por la ley y no la arbitrariedad y por la tolerancia en lugar de la intransigencia; es decir, busca un equilibrio que rehuye extremismos en la realización de una idea o en la aplicación de una norma.

Corresponde al concepto aristotélico de punto medio en el ejercicio de la virtud y es un concepto relativo ya que los conceptos de extremismo están condicionados por las circunstancias. Consiste fundamentalmente en no tener en cuenta únicamente una idea o una norma sino todas las circunstancias concretas y factores que entran en juego en su realización.

En política, el moderado se define en relación a otras posiciones, por lo que hay moderados de izquierda y de derecha frente a los extremistas y radicales de las mismas tendencias. La moderación es propia de los grupos políticos de centro y lleva con frecuencia a actitudes reformistas.