Una decisión es un acto realizado por un individuo, grupo u organización que consiste en elegir objetivos o medios para conseguir un propósito, de entre un conjunto de alternativas disponibles en el momento, y que responde a los requerimientos de una situación compleja particular presente o que ocurrirá probablemente en el futuro. Las decisiones se toman con cierto sentido de racionalidad a la luz de los intereses y las circunstancias en las cuales actúan quienes deciden y siempre bajo condiciones de riesgo e incertidumbre en algún grado.

Desde una perspectiva analítica, se pueden diferenciar tres definiciones de la toma de decisiones. Primero, es racional, en cuanto que es producto de un proceso cognoscitivo complejo por el que se hace una elección entre diversas opciones, lo cual supone que el individuo es capaz de jerarquizar alternativas de una manera racional y elegir conforme a las mismas. Segundo, es un comportamiento espontáneo, impulsivo o habitual del individuo que decide, por lo que la toma de la decisión no se considera como un proceso cognoscitivo. Tercero, es un proceso real que implica varias etapas: el reconocimiento del problema, la búsqueda y el procesamiento de la información, la consideración de opciones y la formulación de la elección final. Esta concepción está vinculada con la teoría de las decisiones colectivas.

Los enfoques economicistas de la política han considerado la primera definición, los científicos sociales la tercera, que es más compleja y deiva. Sin embargo, actualmente parece existir una tendencia a combinarlas todas.

De acuerdo con la psicología, los individuos toman decisiones conforme a dos tipos de variables: las asociadas al sistema de estímulos (emociones, motivaciones, objetivos) y las vinculadas al sistema cognitivo (percepción, procesamiento y retención de información). Hay teorías que enfatizan la importancia de uno u otro conjunto de variables en la toma de decisiones.

Asimismo, los rasgos de personalidad, la autoimagen personal y la voluntad para asumir riesgos son variables clave que pueden explicar la conducta racional o irracional, así como la diferencia entre lo que se dice y lo que se hace.