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DEMAGOGIA PARA ACALLAR LA RESISTENCIA INTERNA , ¿COMO HITLER COMPRO A LOS ALEMANES?

Por Götz Aly Historiador, Berlín. Traducción: Lucía Vera

¿Cómo un régimen como el nazismo pudo gozar de un consenso político tan fuerte? La respuesta no se halla en el nacionalismo exacerbado y racista que se respiraba en la Alemania de 1930, sino en los esfuerzos del régimen por propiciar un estado de confort material a costa de los países ocupados y de la expoliación de los prisioneros judíos. …Cómo pudieron los alemanes, cada uno en su nivel, permitir y cometer crímenes masivos sin precedentes, en particular el genocidio de los judíos de Europa? .

..… El período de la guerra, que también hizo surgir muy claramente las otras características del nazismo, permite responder de la mejor manera a esas preguntas tan importantes. Hitler, los Gauleiter (jefes regionales) del NSDAP, una buena parte de los ministros, secretarios de Estado y consejeros actuaron como demagogos clásicos, preguntándose sistemáticamente cómo asegurar y consolidar la satisfacción general, comprando cada día la aprobación de la opinión o, por lo menos, su indiferencia. Dar y recibir fue la base sobre la cual erigieron una dictadura consensual, siempre mayoritaria en la opinión; el análisis del derrumbe interno al final de la primera guerra mundial hizo aparecer los escollos que debía evitar su política de beneficencia popular.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los responsables nazis trataron, por un lado, de distribuir los víveres de manera que su reparto fuera sentido como justo, sobre todo por los más pobres; por otro, hicieron de todo para mantener la estabilidad, al menos aparente, del Reichsmark (RM) con el fin de cortar decididamente cualquier recuerdo inquietante de la inflación de la guerra de 1914 o del derrumbe de la moneda alemana en 1923; finalmente procuraron -lo que no había ocurrido durante la Primera Guerra Mundial- retribuir de manera suficiente a las familias, que recibían cerca del 85% del salario neto anterior de los soldados movilizados (contra menos de la mitad para las familias británicas y estadounidenses en la misma situación). No era raro que las esposas y las familias de los soldados alemanes tuvieran más dinero que antes de la guerra; también se beneficiaban con los regalos traídos masivamente por los soldados con licencia y con los paquetes enviados al ejército por correo desde los países ocupados. Para reforzar esta ilusión de adquisiciones garantizadas, e incluso susceptibles de crecer, Hitler logró que los campesinos, los obreros, y también los empleados y los pequeños y medianos funcionarios no fueran afectados de manera significativa por los impuestos de guerra, lo cual también representaba una diferencia importante en relación con Gran Bretaña y Estados Unidos. Pero este beneficio otorgado a la gran mayoría de los contribuyentes alemanes estuvo acompañado de un aumento considerable en la carga fiscal de las capas sociales con altos o muy altos ingresos. El impuesto excepcional de 8.000 millones de Reichsmarks que debieron pagar los propietarios inmobiliarios hacia fines de 1942 constituye un ejemplo sorprendente de la política de justicia social practicada ostensiblemente por el Tercer Reich. Lo mismo ocurrió con la exención fiscal de las primas por el trabajo nocturno, en domingo y días feriados, acordada después de la victoria sobre Francia, y considerada hasta hace poco por los alemanes como un logro social. Así como el régimen nazi fue implacable en el caso de los judíos y de las poblaciones que consideraba, desde un punto de vista racial, como inferiores o extranjeras (fremdvölkisch), también su conciencia de clase lo impulsó a repartir las cargas de manera que los más débiles salieran beneficiados. Pero es evidente que sólo las clases más ricas (el 4% de los contribuyentes alemanes ganaba entonces más de 6.000 RM anuales) no podían aportar con sus impuestos los fondos necesarios para el financiamiento de la Segunda Guerra. Entonces, ¿cómo se financió la guerra más costosa de la historia mundial para que la mayoría de la población se encontrara lo menos afectada posible? La respuesta es evidente: Hitler hizo que los arios ahorraran recursos a expensas del mínimo vital de otras categorías de población.

Para conservar el favor de su propio pueblo, el gobierno del Reich también arruinó las demás monedas de Europa, al exigir gastos de ocupación cada vez más elevados. Para asegurar el nivel de vida de su población, hizo robar millones de toneladas de productos alimenticios para dar de comer a sus soldados y enviar lo que quedaba a Alemania. De la misma manera que se suponía que el ejército alemán se alimentaba a expensas de los países ocupados, también debía pagar los gastos corrientes con el dinero de esos países, lo que logró ampliamente. Los soldados alemanes desplegados en el extranjero -es decir, casi todos- y el conjunto de las prestaciones brindadas a la Wehrmacht por los países ocupados, las materias primas, los productos industriales y artículos alimenticios comprados en el lugar y destinados a la Wehrmacht o a ser enviados a Alemania, todo era pagado con monedas distintas a los Reichsmarks. Los responsables aplicaban expresamente los siguientes principios: si alguien debe morir de hambre, que sean los otros; si la inflación de guerra es inevitable, que afecte a todos los países salvo a Alemania.

 

E

D'HONDT METODO
DAÑOS, CONTROL DE
DEBATE POLITICO
DECISION
DECISION COLECTIVA
DECISION O ELECCION RACIONAL, TEORIA DE LA
DECISION POLITICA
DECISION POPULAR
DECISION PUBLICA
DEDAZO
DEFERENCIA, TEORIA DE LA
DEFINICION, MOMENTO DE
DELITO POLITICO
DEMAGOGIA
DEMANDAS
DEMOCRACIA
DEMOSCOPIA
DEPORTIVA, METAFORA
DERECHA
DERECHA, NUEVA
DERECHO ELECTORAL
DERECHOS CIVILES
DERECHOS HUMANOS
DERECHOS POLITICOS
DESINFORMACION
DESOBEDIENCIA CIVIL
DESPOLITIZACION
DESTAPE
DESVALIDO (UNDERDOG), EFECTO DEL
DIALOGO
DINASTIA
DINOSAURIO
DIPUTADO
DIRIGENTE POLlTlCO
DISCRIMINACION POLITICA
DISONANCIA, TEORIA DE LA
DISTINTIVO
DISTORSION
DISTRITO COMPETIDO
DISTRITO ELECTORAL
DISTRITO PLURINOMINAL
DISTRITO SEGURO
DISTRITO UNINOMINAL
DISTRITOS INDICADORES
DOBLE BOLETO
DOBLE LENGUAJE
DOCUMENTACION ELECTORAL
DOGMATISMO
DOWNS, MODELO DE ELECCIÓN DE
DR. FELL, SINDROME DEL
DUVERGER, LEYES DE

 
  Adquiera  


DEMAGOGIA

Es la acción política oportunista que consiste en hacer promesas imposibles de cumplir, tergiversar u ocultar los hechos y despertar los sentimientos de la gente para influir en ella y ganar su apoyo. Se trata de fingir que se defienden los intereses populares mediante la atención de sus intereses inmediatos, sin consideración de sus consecuencias y del bien general de largo plazo, para conquistar o mantener un poder personal o de grupo. En realidad se desvía a las masas de la participación política efectiva.

El término proviene de las palabras griegas "demos" y "agein" que significan líder del pueblo, pero considerado éste en forma despectiva como muchedumbre, el cual se refería a los "demagogos", líderes populares que surgieron en el periodo de la decadencia de Atenas.

Originalmente, Aristóteles definió a la demagogia como una forma impura de gobierno que resulta de la corrupción de la democracia y que lleva a la institución de un gobierno despótico de las clases inferiores, el demagogo era el adulador del pueblo.

Al paso del tiempo, la demagogia se convirtió en un estilo de gobierno. Un estilo engañoso e irresponsable de ejercer el poder o de hacer política. Una actitud oportunista y carente de escrúpulos de algunos políticos, a quienes no les preocupan las consecuencias sociales y económicas de las soluciones ofrecidas y cuyos argumentos se basan en análisis parciales de los problemas, en verdades a medias, en el usufructo de la miseria e inquietud populares, en la apelación a los prejuicios, pasiones, emociones y conductas irracionales de las masas. Se busca así, alentar esperanzas infundadas, o bien, culpar, sin razones objetivas, a un grupo determinado de los infortunios que sufre el pueblo.

Con el advenimiento de la sociedad industrial se ha acentuado el fenómeno de la demagogia, debido al papel determinante de las masas y al surgimiento de nuevas técnicas de persuasión y de manipulación de las conciencias. Lord Acton retrató como demagogos a los intolerantes nacionalistas y religiosos, a quienes consideró como un peligro constante para la democracia. Schumpeter caracterizó el éxito político de Hitler como resultado de la demagogia. Hitler usó las técnicas de la persuasión y las elecciones democráticas para ganar el poder; en medio de una gran depresión económica despertó el optimismo con la promesa del progreso económico anhelado y obtuvo el apoyo de catorce millones de electores; sus habilidades fueron una inteligente percepción de las esperanzas y de los miedos de los grupos a los que se dirigía, una cuidadosa preparación de sus discursos aparentemente espontáneos, mensajes cortos y repetitivos centrados en unos cuantos temas o ideas, capacidad histriónica para imprimir gran dramatismo a sus palabras, y escenografías y ambientación visual y musical que resaltaban su autoridad, fortaleza, invencibilidad y grandeza, a la vez que estimulaban las emociones de los participantes. Fue así un gran demagogo y un gran propagandista.

Durante las elecciones, la demagogia es una táctica de campaña empleada por los candidatos menos escrupulosos, cuyas campañas se encuentran en problemas. Esta táctica es posible porque las encuestas permiten conocer lo que la gente piensa y formular mensajes demagógicos de acuerdo con sus resultados, halagar al pueblo y decirle sólo lo que éste quiere escuchar. Es una manera fácil de ganar apoyo porque se apela a los prejuicios del electorado, que a la vez impide que los demás candidatos puedan asumir posiciones responsables.

En la lucha electoral, con frecuencia, los candidatos se acusan mútuamente de demagogia, con razón o sin fundamento, para desacreditar los mensajes de sus opositores. Los candidatos y partidos en el poder o con mayores posibilidades de triunfo suelen limitar sus promesas exageradas porque saben que tendrán que cumplirlas o sufrir la denuncia constante de la demagogia que los condujo al gobierno.

La demagogia existe en la democracia y en las dictaduras. En la democracia, la libertad de expresión, la existencia de una prensa libre e independiente y las elecciones periódicas impiden el éxito permanente de los políticos demagogos.